Servicios ecosistémicos de los techos verdes

Los techos verdes entregan servicios ecosistémicos gratuitos que se traducen en beneficios medioambientales y sociales difíciles de cuantificar económicamente para los privados, pero que deben incorporarse en la evaluación de los proyectos.

En relación a los beneficios públicos, los techos verdes son una de las Soluciones basadas en la Naturaleza que entregan servicios ecosistémicos, que, en conjunto con los otros tipos de infraestructura verde, tales como plazas, parques, arboleado urbano, jardines privados y muros verdes, entre otros, generan beneficios sociales, medioambientales y económicos a los seres humanos. Sin embargo, poco se conoce de estos servicios ecosistémicos y menos aún del aporte de los techos verdes en este ámbito.

En términos simples, los servicios ecosistémicos pueden ser definidos como los beneficios que los ecosistemas entregan a las personas (Constanza et al., 1997; MEA, 2005). Estos servicios son gratuitos y se clasifican en cuatro grandes servicios: aprovisionamiento, regulación, culturales y de soporte.

Servicios ecosistémicos de los techos verdes

1. Servicios de aprovisionamiento, más conocidos como productos básicos.

Los techos son muy versátiles en cuanto al tipo de proyectos que se pueden desarrollar, se pueden cultivar huertas urbanas de hierbas medicinales en sustratos de 10 cm de profundidad hasta cultivar árboles frutales, con un proyecto de cálculo adecuado. Esta versatilidad, nos invita a pensar en un nuevo espacio de desarrollo agro-urbano, dada la creciente actividad agrícola en ciudades y la relevancia que están tomando estas prácticas alrededor del mundo.
La Agricultura Urbana permite reducir la huella ecológica del transporte de alimentos, tema especialmente trascendente cuando la mitad población mundial vive en ciudades . El cultivo de alimentos en ciudades produce un cambio de mentalidad sobre el abastecimiento de alimentos y la conciencia alimentaria, exponiendo temas de salud pública, medio ambiente y educación. Hoy en día se está desarrollando un ecosistema de funcionamiento que posibilita el desarrollo de la Agricultura Urbana, en el que participan diferentes actores desde la sociedad civil, la academia, la institucionalidad local y estatal, que se interesa por el tema y promueve estas prácticas, y los desarrolladores que resuelven temas técnicos, económicos y de gestión dándole un impulso a la economía y al emprendimiento.
Un ejemplo del impacto de la agricultura urbana en la ciudad es el que se ha desarrollado en Boloña, entre la Universidad de Boloña, la municipalidad y la ONG BiodiverCity, para explorar la capacidad productiva de los techos de esa ciudad, el desarrollo de agricultura urbana y su impacto en la generación de alimento, nutrición y biodiversidad. Después de 3 años de investigación se pudo demostrar que los techos disponibles pueden proveer más de 12.000 toneladas al año de producción agrícola, satisfaciendo el 77% de los requerimientos de los habitantes de la ciudad y la diversidad en los techos permitiría conectar áreas de interés medioambiental formando una red de corredores biológicos de 94 km de largo. El trabajo conjunto de diferentes entidades y desde distintos ámbitos, permitió detectar todos los techos y terrazas con superficies potenciales para ser convertidas, identificar los requerimientos de vegetales de la población de Boloña, plantar huertos de prueba en edificios de vivienda social e identificar otros beneficios como corredores biológicos o disminución de la huella de carbono. En resumen, se genera un engranaje que moviliza distintos sectores de la sociedad que trabajan en conjunto por un proyecto común, detonando resultados extensivos a otros sectores, permitiendo evaluar el proyecto con economías de alcance.

Foto Scott Shigley. El techo vegetal Centro Juvenil Gary Comer, en Chicago, es un jardín que sirve de espacio de aprendizaje y actividades para jóvenes y adultos mayores después del horario escolar. Genera instancias de aprendizaje en horticultura y conciencia medioambiental en un barrio con limitado acceso a zonas al aire libre. Produce alimentos orgánicos utilizados por estudiantes, restaurantes locales y la cafetería del Centro Juvenil.

Por otro lado están los modelos privados de agricultura urbana que funcionan como detonantes de procesos de innovación, generan una nueva industria, empleos y carreras profesionales, fomentando un ecosistema de emprendimiento. Es el caso de Brooklyn Grange in NYC, una granja urbana líder de cultivo que produce incluso miel en el techo de un edificio, convirtiéndose en un lugar tan singular dentro de la trama urbana que se presta para hacer eventos (incluso matrimonios). Este espacio que anteriormente estuvo en desuso, hoy es fuente de ingresos tanto para el dueño del edificio (que lo arrienda) como para la granja que lo administra y convierte en un terreno productivo.

2. Servicios de regulación

Los servicios de regulación relacionados a los techos verdes son: regulación del clima, control de inundaciones, mitigación de la contaminación ambiental, liberación de oxígeno, biodiversidad y corredores biológicos, entre otros.

Los techos verdes generan servicios de regulación en diversos ámbitos: mitigan el efecto isla calor al regular la temperatura de la ciudad; son una estrategia de protección ante riesgos naturales ya que retienen y retardan el agua de lluvia, disminuyendo el agua que circula por las calles y la red de alcantarillado, y por ende el riesgo de inundaciones; restauran el hábitat dañado por la construcción, devolviendo las áreas verdes utilizadas para construir; mitigan la contaminación ambiental al generar oxígeno y captar MP y CO2; disminuyen las cargas de enfriamiento, generando ahorros en energía en climatización, entre otros.
Según el estudio Tyndall Centre for Climate Change , se necesita como base un 10% de vegetación en las grandes ciudades para la reducción de la isla de calor urbana. Investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica (ETSIA) de la Universidad de Sevilla (España) han publicado un estudio en el que señalan que se necesitan entre 207 y 740 hectáreas de techos verdes, dependiendo de los escenarios contemplados, para paliar los efectos del cambio climático en relación a la subida de temperaturas máximas que, en Sevilla, se estima entre 1,5 y 6 grados C a finales de siglo . Se estima que hay más de 1000 há de techos susceptibles a ser convertidos en azoteas vivas en la ciudad de Stgo , concentrando sólo la comuna de Pudahuel 260 há .

 

Toronto City Hall, un parque de libre acceso sobre la azotea. Foto: Liveroof

En relación a los servicios de regulación de la escorrentía urbana por aguas lluvia, un techo verde extensivo de sedums con 10 cm de espesor es capaz de retener y retardar la escorrentía de entre 88% y un 100% para eventos menores a 25mm de precipitaciones, dependiendo del grado de saturación del sustrato antes del evento. El agua que cae sobre los techos con vegetación se almacena en el sustrato y en las hojas de las especies vegetales, retardando el flujo que fluye hacia los colectores de aguas lluvias y disminuyendo la cantidad de agua que circula por las calles, y por lo tanto, reduciendo el riesgo de inundaciones en ciudades altamente urbanizadas.

 


Hoy la ciudad de Nueva York es un referente en cuando a utilizar los servicios ecosistémicos generados por los techos verdes, como una estrategia contra desastres naturales y de adaptación del cambio climático , y la conversión de techos en desuso en techos con vegetación ha sido una estrategia efectiva de control de inundaciones en todo USA. El techo verde del Centro de Convenciones Javits de Nueva York ha retenido el 66 % del agua de lluvia, disminuyendo ese flujo de las alcantarillas, evitando que colapsen . Foto: Peter Olney, AIA

Otro servicio de regulación de las áreas verdes en azoteas es la mitigación de la contaminación, mediante la captación de MP y CO2, incluso en sistemas de 10 cm de espesor y con especies del tipo cubresuelo. El plan de descontaminación de la ciudad de Stgo 2017 establece que se requieren 100 nuevas há de área verde. Según el CEDEUS de la PUC, 1 m2 de techos vegetales capta 2,5 veces más MP2,5 que un m2 de arbolado urbano . En el caso de Santiago Centro, un estudio de ONG Azoteas vivas, detecta los techos con superficies potenciales para ser convertidas, en una de las zonas más densas de la comuna, con 81.123 habitantes, y a la vez con menos espacio público, 6.4% área verde (Sta. Isabel, V. Mackenna, Alameda, Bulnes). El estudio da cuenta, de la disponibilidad de 410.465m2 aprox destinables a uso comunitario, plantar y generar energías limpias, entre otros usos. Si se re-convirtieran el 20% de los techos de los hospitales de Santiago en área verde, equivalente a 200.000 m2, se generaría un ahorro de 259.000 kWh en climatización y una absorción total de 1.600 ton de CO2 anuales . En Bogotá se necesitaría que un 4% de los techos que sean vegetados para limpiar la contaminación generada por lo autos.

El Centro de Convenciones Javits de Nueva York pasó de ser uno de los edificios menos amistoso con las aves a ser un actual santuario de la vida silvestre urbana. El mix vegetal, que considera 14 variedades de sedums, permitió en 2014 observar 524 especie de aves en el techo y sus alrededores, y en 2016 fue escenario de la identificación de 6 nuevas especies de aves . Se demuestra así la capacidad del techo vegetal para la entrega de servicios ecosistémicos de regulación (control de escorrentía, temperatura urbana, etc.) y culturales (restauración de hábitat). Photo: Xero Flor.

El potencial de los techos verdes para recuperar la biodiversidad ha sido ampliamente estudiado en Europa y USA desde inicios de este siglo, reportándose importantes conclusiones incluso en techos extensivos desde 8 cm de profundidad. Para Chile, los techos representan una excelente oportunidad de contribuir a la conservación ex-situ de especies nativas amenazadas, crear corredores biológicos que permitan la migración de especies de invertebrados y aves, ayudando a disminuir la vulnerabilidad de Chile frente al cambio climático.

Plantar los techos para cualquier uso, los convierte en parte de la infraestructura verde de las ciudades, que se suman a la infraestructura verde existente; plazas, parques, arbolado urbano, jardines privados y muros verdes, entre otros, creando una nueva topografía viva habitable, que afecta directamente a quienes viven en la ciudad tanto a nivel perceptual como de salud pública.

3. Servicios culturales asociados a la naturaleza.

Los techos verdes permiten acercar la naturaleza a los centros urbanos; generan espacios de relajación, liberación de estrés y bienestar; es un ambiente óptimo para plantear estrategias de desarrollo de una educación ciudadana verde basada en la experiencia. Además, el desarrollo de azoteas, tiene un rol inclusivo en tanto democratizar el uso de un espacio común, es un potencial de desarrollo además para las viviendas sociales las cuales mejoran su calidad permitiendo la utilización de estos espacios como huertas urbanas en los promoviendo una fuente de alimentación saludable, generando un espacio de encuentro como sede comunitaria, permitiendo el desarrollo de diversas actividades culturales. Este espacio puede generar también trabajó tanto como para los residentes como para externos, entre ellos universitarios part time y adultos mayores.

En términos de bienestar, si las personas tomaran un paseo de 30 minutos a la semana por áreas verdes se reduciría en un 7% los casos de depresión y un 9% los casos de hipertensión arterial.  El sólo hecho de mirar un techo vegetal por sólo 40 segundos, aumenta los niveles de concentración de los alumnos en las salas de clases en 6%, mientras que mirar techos de concreto reduce su concentración en 8%, debido a que el techo verde proporciona una experiencia restauradora que aumenta los recursos mentales que controlan la atención.

Foto Kees Govers de LiveRoof Ontario. El techo vegetal del Bridgepoint Health, un centro de rehabilitación que ayuda a las personas a superar accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos y accidentes es un ejemplo de cómo la infraestructura verde beneficia a las personas. Desde el punto de vista social, los beneficios registrados por Kees Gover fueron: i) El techo verde permitió que los pacientes pudieran hablar con gente, aunque no recibieran visitas, de manera de recibir apoyo social y no sentirse solos; ii) Los pacientes podían recibir a sus familiares y amigos en grupos, en el exterior, podían reírse y no molestar a los demás. La alternativa era recibir a las visitas, máximo dos a la vez y en silencio en las piezas; iii) Mirar por la ventana y ver un área verde o sentarse en el jardín y ver florecer una flor ayuda a los pacientes que padecen dolor y estrés a recordar que todo puede cambiar y tener esperanza; iv) El techo verde también ayudó con los ejercicios de rehabilitación en un entorno más amigable (que un gimnasio de hospital) y en el trabajar con las manos en un huerto o jardín.

Por otro lado, las azoteas, independientemente de su asociación con la naturaleza, funcionan como el patio común de un edificio, en el que se pueden desarrollar desde proyectos de infraestructura hasta actividades culturales y comunitarias, sin embargo para definir cómo usarlo es necesario invitar a dialogar a la comunidad, tarea no fácil. El trabajo socio comunitario es importante en términos de recursos, en el generalmente participa la autoridad local como mediador y como financista total o parcial, permitiendo acercar la oferta pública a las personas, vinculando los recursos de la comunidad con los instrumentos estatales de fomento al desarrollo, en un proceso que fortalece la gobernanza. Cuando la comunidad tiene la posibilidad de definir qué hacer con un espacio común, lo quiere, lo ocupa y lo cuida, así la intervención es sostenible en el tiempo. El trabajo entre el sector público y la sociedad civil, empodera líderes, mejorando las relaciones entre los individuos y con la institución.

4. Servicios de apoyo: como el suelo que descompone los residuos de alimentos y los convierte en nutrientes para las plantas

La naturaleza no produce basura, genera desechos que son reutilizables por otros seres vivos, perpetuando los ciclos de vida. Pensar los techos como lugares de reciclaje de los los desechos orgánicos de los pisos inferiores del edificio, mediante el uso de composteras o biodigestores que generan abono para las huertas urbanas y otras áreas verdes del edificio, permite reducir los residuos generados que van directo a rellenos sanitarios.
El problema de la basura en Chile preocupa a los chilenos cada vez más. Según un estudio de la OCDE de 2014, Chile es el país más sucio de América Latina, con respecto a la cantidad de basura que produce un habitante en promedio. Cada habitante de Chile produce unos 383 kilos de basura al año, siendo el promedio del resto de Latinoamérica, unos 230 kilos por habitante . ¿cuánta de esa basura, son desechos orgánicos que pueden reciclarse en nuestro entorno, a través de sistemas en las azoteas?. Aquí se abren oportunidades de investigación y desarrollo de emprendimientos para darle una segunda vuelta a nuestros desechos.

En resumen, los techos verdes ya son reconocidos a nivel mundial como la estrategia más completa contra el cambio climático, basado en los servicios ecosistémicos que son capaces de generar y la ramificación multiescalar de sus beneficios. La Comisión Europea ha definido la creación un código para la construcción de techos verdes como estrategia para enfrentar la mitigación y adaptación al cambio climático . La disponibilidad de techos en desuso genera un gran potencial para generar servicios de ecosistémicos en la misma ciudad aprovechando lo que la naturaleza si sabe hacer, imitar lo que la naturaleza sabe hacer .

Para más detalle revisa el documento completo en https://chilegbc.cl/assets/images/documentos/Estrategia%20regeneracion%20y%20resiliencia%20AVVA%20(1).pdf

Una estrategia de regeneración y resiliencia urbana atractiva, eficaz y rentable

 

Revisa las fuentes de los datos en https://chilegbc.cl/assets/images/documentos/Estrategia%20regeneracion%20y%20resiliencia%20AVVA%20(1).pdf

 

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